domingo, 29 de agosto de 2010

Valorando más la Vida

Valorando más la vida

En el barrio Brasil se puede sentir la historia conservada en las edificaciones. El terremoto quizo despojar este sentimiento al sucumbir con varias casas y edificios pertenecientes al  sector y que le dan el toque histórico, el cual  todos los habitantes quieren seguir manteniendo.

Al caminar por plaza Brasil se ve la alegría, la sencillez y la fraternidad de las personas que viven aquí. Al no ser por las reconstrucciones que se efectúan, uno no podría pensar que en el barrio, el terremoto haya afectado en demasía a las personas que en este momento juegan ajedrez, leen un libro, pasean en familia o simplemente caminan por la plaza. Es así como nos encontramos con dos mujeres que tienen una vida profesional similar, pero que en el ámbito familiar son muy opuestas.

Leonor Jiménez (68) es una parvularia jubilada que pasea a su perra llamada Panchita. Ella es una mujer solitaria, sin hijos, que se ha dedicado toda la vida a su profesión. Leonor vive hace 27 años en el sector y cuenta que el terremoto en sí nunca lo sintió. “En mis 68 años he pasado varios remesones, pero este fue especial porque no lo sentí. Al despertar, prendí la televisión y vi lo que había ocurrido. De inmediato me acordé de todos los niños  a los cuales les había enseñado al ver a los niños afectados  por el terremoto”.
Esta angustia persistió con el transcurrir de los meses y se agravó a tal punto que tuvo que concurrir al neurólogo por estos reiterados sentimientos. “Cada vez que veía la televisión y  mostraban las catástrofes que había dejado el terremoto me venía la angustia y la pena”. El neurólogo  al ver que en el transcurrir de los meses persistían estos síntomas le aconsejó que se comprara un perro. “él sentía que estos síntomas eran por una cierta soledad  que detonó en el terremoto y me dijo que sería bueno tener una mascota para sentirme más acompañada”.

El consejo del neurólogo le fue de gran ayuda, ya que Leonor  empezó a sentirse mejor gracias a Panchita. Ahora Leonor pasea feliz con su perrita por plaza Brasil y cuenta que su mascota es un pilar fundamental para ella en lo emocional y saca una conclusión  la cual la aprendió después del terremoto.
“El terremoto me hizo valorar más lo que es la familia, yo ya no puedo retroceder el tiempo para tener una familia pero gracias a dios panchita se ha convertido en mi familia”.

Por otro lado en la misma plaza Brasil se encontraba Edith Marambio (64) y su nieta Emilia Moya (5) las que se encontraban jugando en el resbalin que se encontraba en el centro de la plaza. Edith era profesora de Básica, en este momento está jubilada y se dedica a cuidar a su nieta.

Ellos viven en un edificio ubicado en la calle huérfanos frente de la plaza Brasil.
Su departamento fue el más afectado de todo el edificio. Hubo daños estructurales y perdieron muchas cosas. Gracias a una colaboración de la municipalidad y de la propietaria del departamento los costos sufridos por el terremoto fueron cubiertos en su totalidad. Ellos no se quisieron ir del sector porque les gusta demasiado y encuentran que es un lugar para caminar en familia con tranquilidad. Edith se refiere a las cosas materiales que perdieron. “Me duelen las cosas que se perdieron porque eran recuerdos de mis alumnos. Lo materia en sí no me importa se puede recuperar”. Todos estos dichos eran muy sinceros, pero al momento de preguntarles si es que tenía algunos resguardos por una eventual replica, lo que comentó fue un poco contradictorio. “Ahora todas las noches antes de acostarme dejo una silla en cada televisor de la casa”.

Mientras comentaba las cosas que habían pasado en familia tras el terremoto, nos interrumpe su nieta diciéndole a Edith que la observara en tanto ella jugaba. Ese fue el momento en el cual Edith se abrió un poco más y empezó a comentar los detalles del terremoto en su familia.

“Mi nieta era súper independiente desde chica, después del terremoto ha cambiado mucho. Hasta el día de hoy mi nieta tiene miedo, no puede dormir con las luces apagadas porque recuerda el terremoto”. Edith intenta ser una parte fundamental en la vida de su nieta y trata de sacarla de ese trauma sufrido por el terremoto. “Yo sufro de Pánico, le tengo miedo a la oscuridad y a los encierros pero con mi nieta todo esto se me pasa para darle seguridad”.

Finalizando la conversación Edith saca una conclusión muy valorable después de todo lo ocurrido el día 27 de febrero. “La naturaleza nos ha enseñado a valorar todo mucho más. Ojalá haya un cambio positivo en todas las personas. Por mi parte, valoro más la vida y sobre todo a mi familia ya que la familia es un punto trascendental  para mí, es por esto que cuido tanto a mi nieta y la trato de sacar de este miedo que tiene”.


jueves, 19 de agosto de 2010

La Historia Se Mantiene

Camino al barrio Brasil, estaba pensando cuál sería la mejor ruta para describir y llegar a los distintos puntos de referencia de este barrio. Al final, después de analizar bien las diversas calles en el cual uno podía ingresar, decidí que debería entrar por Av. Brasil con Libertador Bernardo O’Higgins (Alameda), ya que esta avenida es una de las más transitadas de Santiago. Al ingresar por Av. Brasil me sorprendió que las primeras dos cuadras caminando hacia el norte, te puedes encontrar  una variada selección de tiendas de repuestos para automóviles que están ubicadas en casas que tienen más de 50 años de antigüedad. En este punto es en el cual hay que centrarse porque la gente está muy  preocupada de mantener y cuidar la historia y mística del barrio. Siguiendo por el camino, y después de pasar por todas las Tiendas de repuesto para automóviles, se encuentra una casa que tiene 58 años de antigüedad y que pertenece a Antonio Castillo S.A, que es una de las  tiendas de repuestos más antigua del sector, esta casa se encuentra en Av. Brasil 65 y resalta de las demás por el excelente mantenimiento que le han dado a la casa. 

 Desde la calle Moneda hasta llegar a Huérfanos se encuentran un variado numero de pubs y restaurant, entre estos  destacan de los demás, dos restaurant y un café de excelente calidad y de una arquitectura que la han mantenido y restaurado con el tiempo para no quitar la magia que le da la historia del barrio, estos son: el restaurant Baires,  el restaurant Cosmopolitan y el café Más. Estos tres ejemplos son específicamente la combinación entre modernidad e historia que ha prevalecido durante el tiempo.  

Ya instalados en Plaza Brasil, la arquitectura que rodea este sector no ha cambiado desde sus inicios a mediados del siglo XIX, aunque han intentado introducir varias modernizaciones en la urbanización.  Bajando por la Calle Compañía de Jesús se encuentran dos edificaciones que llaman la atención, estas son: La casona del club de investigaciones que fue fundada el año 1956 y que en este momento está siendo reparada por ciertos daños ocurridos tras el terremoto. Por otro lado está la Iglesia de  la Preciosa Sangre, en la cual me voy a detener con más exactitud por su antigüedad y preciosura.

Esta iglesia fue creada por el arquitecto Eusebio Chelli en el año 1875. Este proyecto fue Sucedido, tras la muerte de Chelli, por el arquitecto Ignacio Cremonesi  el cual se  ocupó de finalizar la obra el año 1901. La iglesia es de planta simétrica en cruz latina. Está construida en albañilería de ladrillo con mortero de cal. La nave posee un cielo abovedado de cañón corrido, el cual está ornamentado con dorados a fuego. Sus altares laterales son de mármol de Carrara, se destacan a primera vista seis retablos en cada arco de la iglesia con figuras de la Pasión que están hechas en pino oregón revestidas en escayolas, con pinturas policromadas y sus marcos dorados son de álamo americano. Cabe destacar que los restos de la fundadora de la Congregación Preciosa Sangre se encuentran sepultados en este templo.

Después de haber pasado por la iglesia, me encontré con un ícono del barrio Brasil, este es Don Manuel Rodríguez, él tiene una carnicería en Huérfanos con Cummings. Esta carnicería se encuentra ubicada en este lugar hace más de 55 años.  Don Manuel nos cuenta que en este barrio se celebraba la fiesta de la primavera, y que era una fiesta muy bonita con carros alegóricos y gente muy sana.

“Ahora la convivencia entre los vecinos se ha ido perdiendo, pero una de las pocas cosas que estamos de acuerdo la mayoría, es en que la tradición de este barrio la queremos cuidar tal como la conocimos”. La opinión de Don Manuel es algo más que solo palabras. La carnicería de él tiene una peculiaridad que no tienen las otras, y esta es que todos los viernes en la carnicería se juntan a bailar tango distintas parejas. Gracias a esta actividad se ha hecho conocido Don Manuel y su carnicería, tanto así que han grabado dos películas y una serie de chilevisión. Aparte de todo este reconocimiento a Don Manuel Rodríguez se le otorgó un homenaje al roto chileno por su peculiar carnicería y por su desplante en la vida.

Este gran personaje del barrio Brasil, entre otro, como Francisco Molina, cuidador de autos que trabaja hace 37 años en el barrio, sacan la misma conclusión. “El barrio es muy tranquilo. La plaza Brasil en el día te encuentras con  mucho joven que viene a disfrutar de la plaza y a hacer vida social entre sus amigos. También se encuentran niños jugando en los juegos creados para ellos pero con una arquitectura que se puede admirar por cualquiera”.